".... Demostrar superioridad en relación al consultante, sea personal o superioridad de su estilo de vida o cosmovisión.
Pretender influir en decisiones y valores del paciente más allá de los objetivos terapéutico."
Como verán, algunos de ellos se solapan, y de cada uno de ellos podrían hallarse diferentes formas de concretarse.

1. bis Esperar obtener del proceso psicoterapéutico soluciones o pautas de soluciones para sus propios problemas.
2. Demostrar superioridad en relación al consultante, sea personal o superioridad de su estilo de vida o cosmovisión.
2 bis.. Pretender influir en decisiones y valores del paciente más allá de los objetivos terapéutico.
3. Facilitar la dependencia o satisfacer la demanda de dependencia del consultante.
4. Ser rígido y poco flexible en la disposición de intervenciones y técnicas (dentro de los límites de su conocimiento y pericia, estas deben adaptarse al consultante y su problemática y no al revés)
5. Confundir los deseos y el interés del consultante con los que serían o lo que imagina serían sus deseos e intereses si estuviese en su lugar, en su situación.
5. bis Confundir empatía con paternalismo, y ofrecer al consultante falsas seguridades.
6. No adaptarse a las necesidades o sencillamente a los hábitos comunicativos del consultante, recurrir a jerga y a peroratas innecesarias y de efecto distractivo.
7. Culpar al consultante, sea por tropiezos en la evolución del proceso psicoterapéutico, sea en cosas nimias, como malentender o presuntamente malentender lo dicho por el terapeuta.
8. Evitar consultar con otros colegas o supervisar en caso de dudas o bloqueos de la terapia. Evitar derivar cuando el proceso no produce señales de progreso.
9. Llegar apresuradamente a un juicio clínico prematuro y apegarse a él distorsionando la información posterior .
5. Confundir los deseos y el interés del consultante con los que serían o lo que imagina serían sus deseos e intereses si estuviese en su lugar, en su situación.
5. bis Confundir empatía con paternalismo, y ofrecer al consultante falsas seguridades.
6. No adaptarse a las necesidades o sencillamente a los hábitos comunicativos del consultante, recurrir a jerga y a peroratas innecesarias y de efecto distractivo.
7. Culpar al consultante, sea por tropiezos en la evolución del proceso psicoterapéutico, sea en cosas nimias, como malentender o presuntamente malentender lo dicho por el terapeuta.
8. Evitar consultar con otros colegas o supervisar en caso de dudas o bloqueos de la terapia. Evitar derivar cuando el proceso no produce señales de progreso.
9. Llegar apresuradamente a un juicio clínico prematuro y apegarse a él distorsionando la información posterior .
10.. Olvidar o no atender lo obvio. –es común cuando se minimiza el entorno y las circunstancias del problema que aqueja al consultante.
(elaborado con apoyo en textos de Bados, Cormier , Fernandez Liria, Feixas, Kleinke y otros)
M. T. M.
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