Al ser la conformidad una respuesta a presiones que se hallan implícitas, interpreta el sujeto su propio comportamiento como voluntario. No puede apuntar a una razón que legitime su sometimiento ante sus iguales, por lo que niega haber obrado de esta manera, no sólo ante el experimentador sino incluso ante sí mismo. En la obediencia sucede justamente lo contrario. La situación queda abiertamente definida como exenta de toda voluntariedad, ya que se da una orden explícita a la que se espera que se le preste obediencia

(desde texto de Stanley Milgram, Obediencia a la autoridad)
«...la acción de un sujeto cuando se muestra de acuerdo con sus iguales, gente de su misma condición, que no tienen derecho alguno especial a dirigir su comportamiento. La Obediencia quedará a su vez restringida a la acción del sujeto que se somete a la autoridad. Pongamos por ejemplo, a un recluta que ingresa en filas. Dicho recluta ejecuta escrupulosamente las órdenes de sus superiores. Al mismo tiempo adopta las órdenes, las rutinas y el lenguaje mismo de sus iguales. Lo primero representa la obediencia, lo segundo es la conformidad.»
«....Tanto la obediencia como la conformidad se refieren a la abdicación de iniciativas propias ante una fuente externa, mas difieren en los siguientes importantes aspectos:
1. Jerarquía. La obediencia a la autoridad tiene lugar dentro de una estructura jerárquica, en la que el actor siente que la persona que se halla por encima de ella tiene el derecho de prescribir un comportamiento concreto. La conformidad regula el comportamiento de los que tienen un mismo status, la obediencia vincula a un status con otro.
2. Imitación. La conformidad es imitación, cosa que no es la obediencia. La conformidad conduce a una homogeneidad del comportamiento, toda vez que la persona influida va a adoptar el comportamiento de sus iguales. En la obediencia, se da un sometimiento a la fuente que influye, sin que exista imitación alguna de la misma. Un soldado no repite simplemente una orden que le ha sido transmitida sino que la ejecuta.
3. Explicitez. En la obediencia es explícita la prescripción de una acción, prescripción que reviste la forma de una orden o de un precepto. En la conformidad, la exigencia de colaborar con el grupo sigue muchas veces siendo implícita.
4. Voluntarismo. La más clara distinción entre Obediencia y Conformidad ocurre, de todas formas, tras del hecho, es decir en la manera cómo los sujetos explican su comportamiento. Los sujetos niegan el hecho de la conformidad y aceptan más bien la obediencia, como explicación de sus acciones. Aclaremos un tanto esto que acabamos de decir, En los experimentos... sobre la presión del grupo, es típico de los sujetos infravalorar en sus afirmaciones el grado en que sus acciones se han visto influidas por los miembros del grupo. Atribuyen una muy escasa importancia al efecto del grupo...Insisten a menudo en que si han cometido errores en su juicio, se trataba, no obstante, de sus propios errores atribuibles a su propia visión defectuosa de las cosas o a un juicio imperfecto. Minimizan el grado en que se han conformado al grupo.
En el experimento de obediencia, la reacción es diametralmente opuesta. Aquí nos encontramos con que el sujeto explica su acción de dar descargas a la víctima negando toda responsabilidad personal, y atribuyendo todo su comportamiento exclusivamente a una exigencia externa impuesta por la autoridad. De manera que, aun cuando el sujeto que se conforma insiste en que su autonomía no se vio menoscabada por el grupo, el sujeto obediente afirma ... que sus acciones se hallaban totalmente fuera de su libre decisión.
¿Cuál es la razón que explica este hecho? Al ser la conformidad una respuesta a presiones que se hallan implícitas, interpreta el sujeto su propio comportamiento como voluntario. No puede apuntar a una razón que legitime su sometimiento ante sus iguales, por lo que niega haber obrado de esta manera, no sólo ante el experimentador sino incluso ante sí mismo. En la obediencia sucede justamente lo contrario. La situación queda abiertamente definida como exenta de toda voluntariedad, ya que se da una orden explícita a la que se espera que se le preste obediencia.»
