miércoles, 18 de septiembre de 2019

Emociones corporales

« A menudo, nuestro modo de hablar de las emociones recoge también esta característica. Decimos, por ejemplo, que temblamos de miedo, o que enrojecemos de vergüenza (o de indignación), o que nos hierve la sangre de ira. En efecto, cuando experimentamos una emoción, suceden cambios importantes en nuestro cuerpo, y cambios además que no ocurren al azar, sino que están asociados al tipo de episodio emotivo experimentado »

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Fuente :David Pineda Oliva,  Sobre las emociones.



" La investigación científica más reciente señala fundamentalmente cuatro tipos de cambios corporales a tener en cuenta. En primer lugar, cambios en la expresión facial. A menudo, cuando experimentamos una emoción, alteramos el aspecto de nuestro rostro, contrayendo ciertos músculos y relajando ciertos otros, dando lugar a características expresiones faciales. Es más, hay indicios de que usamos las expresiones faciales de nuestros semejantes como información de primer orden para calibrar en qué tipo de estado emocional se encuentran.

" En segundo lugar, muchos episodios emotivos conllevan también cambios vocales. De hecho, el tono de voz y aspectos como la prosodia son también indicios importantes que utilizamos para adivinar el estado emocional de otras personas. Piénsese tan solo en los cambios vocales y en los cambios prosódicos que la proferencia de una misma oración —por ejemplo, ‘puedes por favor acercarme la maleta’— puede ofrecer según que el estado emocional de quien la profiera sea de miedo, enfado, admiración o sorpresa.

" Un tercer grupo de cambios corporales que suelen acompañar a las emociones lo constituyen los de origen músculo-esquelético. Especialmente importantes, y característicos, son los cambios posturales. Si uno está ante una primera cita y su acompañante, sentado enfrente, se inclina hacia delante, eso puede ser un signo de que está interesado; si, por el contrario, nuestro acompañante está repantingado en su silla y su cuerpo muestra signos de total relajación, lo más probable es que estemos aburriéndole solemnemente. Emociones como el miedo o la vergüenza suelen ir acompañadas de un encogimiento general del cuerpo, como si quisiéramos parecer más pequeños de lo que somos en realidad. Todo lo contrario sucede cuando nos sentimos orgullosos. Es, en suma, el famoso lenguaje corporal, que nos ofrece también un indicio muy fiable (a menudo incomparablemente más fiable que las palabras) del estado emocional del sujeto.

" ... en cuarto lugar, hay que mencionar el resto de comportamientos controlados por el Sistema Nervioso Autónomo (SNA) o sistema neurovegetativo. Se trata de la parte del sistema nervioso que controla el comportamiento involuntario. Se divide funcionalmente en sistema simpático y sistema parasimpático. El primero de ellos, también llamado sistema adrenérgico, se activa ante situaciones que requieren gasto de energía y especialmente en situaciones de estrés. El segundo, también llamado colinérgico, se encarga de restaurar y almacenar energía y, en general, actúa como antagónico del simpático, teniendo como función devolver el equilibrio homeostático del cuerpo tras la actividad del simpático. Al margen de los tipos de cambios corporales autónomos ya mencionados, hay que incluir también otros como la piloerección, que es típica de episodios de miedo intenso, o cambios en la conductividad eléctrica de la piel, también presentes en episodios de miedo o de ira, o la sudoración, entre muchos otros. Especialmente importantes son los cambios hormonales. Experimentar un cierto tipo de emoción suele conllevar cambios en el sistema endocrino, cambios que están también controlados por el SNA. "

selección M.T.M.

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